

Cultores y Artistas
"Sabedores" y maestros de Luminarias y Casillas
En el Valle de Tenza se encuentran varios realizadores de casillas, luminarias tradicionales y luminarias mixtas, reconocidos como grandes “sabedores”. Ellos son informadores primarios y portadores mayores de esos hechos culturales.
Esta denominación se debe gracias a sus obras que son referentes por su talento creador e interpretativo; y porque muestran la capacidad creativa de representar y comunicar de forma estética el mundo individual y social. Sus diferentes saberes permiten la continuidad de esas prácticas tradicionales en sus familias y en la región.
Los maestros cultivan estas manifestaciones y lo hacen cuando comparten sus ideas, sentimientos, expresiones y experiencias. “Somos sabedores, debemos mantener nuestra tradición, por eso es importante enseñar a nuestros hijos y familiares; aconsejarlos cómo se hacen las casillas y luminarias para que no se acaben, para que se muestren en el Aguinaldo”, dice Félix Arévalo, de la vereda Quigua arriba de Garagoa, creador de réplicas de catedrales e iglesias, por más de 25 años.

Detalle de elaboración de casilla. Replica iglesia La Capilla. Por Josué Albaro Parra
La calidad de las piezas habla de la maestría y la manera de ser de estos artistas populares. Sus manufacturas, como sus acciones, proyectan estéticas y forjan una ética particular que plasman en cada una de sus trabajos. Por tanto, son portadores que producen costumbres y valores, causan arraigo e identidad y provocan expresiones alegóricas significativas. En consecuencia, son capaces de crear lenguaje y fomentar lo simbólico, con lo cual ocasionan reconocimiento, asombro y deleite.
En conjunto, sus piezas muestran también un proceso de identificación con la fauna y la flora del Valle de Tenza, con la religión y la tradición familiar, local y regional, que va de lo sencillo a lo complejo y del campo a lo rural. Asimismo, se aprecia cómo se apropian de su entorno social y natural, de otras costumbres y tradiciones campesinas, que los identifican como cultores primarios y maestros.
Así, parte de la cultura campesina del Valle de Tenza se comprende también como una forma de compartir conocimiento, afirmar la sensibilidad y proyectar la libertad de creación individual y colectiva.

Detalle de elaboración de casilla. Replica Iglesia Nuestra Señora del Buen Consejo, de Jenesano, por Alba Castelblanco
Artesanos de Luminarias y Casillas
Alba Castelblanco

Víctor Melo Arias

Josué Parra

Jaime Sánchez

Fabio Mendoza

Andrea Ximena Romero

Nelson Andrés Fula

Benjamín Leguizamón Buitrago
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Estella Colmenares
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Lina Olmos Roa

María Inés Cuesta

Rosalba Fula Garnica

Hilda Leguizamón Buitrago
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Luis Fernando Quintana

Nubia Bohórquez

Siervo Castañeda

Félix Árevalo

Maricela Bohórquez

Otilia Neila Esperanza Roa

Evangelina Galindo
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Luz Nayibe Contrera

José Ignacio Bohórquez

Artesanos, artistas y talleres
La cultura la hacen los hombres y las mujeres con sus trabajos, en sus lugares de creación y con sus materiales locales, para otorgarle sentido a la vida y a las cosas que hacen. Esta manera de construir cultura está también en las artesanas y los artesanos del Valle de Tenza, quienes son “hacedores” de obras con diferentes elementos y técnicas. Un caso único, es la realización de luminarias tradicionales, luminarias mixtas y de casillas con clavellinas, maderas, material reciclable y de otras especies.
Su gestación sucede desde lo religioso, la herencia cultural, la vivencia social, los saberes, las experiencias y los recuerdos. Estas se tejen con la imaginación, la sensibilidad, la creatividad y el ludismo, para relatar historias y hechos particulares. Los ejecutantes hacen suyo los acontecimientos conmemorativos civiles y religiosos como el Aguinaldo de Garagoa.
En esta actividad, hay ejecutantes en la mayoría de municipios del Valle de Tenza y, en algunas ocasiones, de lugares cercanos que voluntariamente asisten o son invitados. Participan campesinos, madres solteras, jóvenes estudiantes, pensionados, celadores, niñas y niños, así como trabajadores formales e informales, gestores culturales, núcleos de familias y espontáneos creadores.
Entre sus oficios y tareas personales, dedican tiempo para elaborar sus obras, dos y hasta tres meses antes de la festividad para participar con luminarias y casillas, a pesar de las dificultades económicas y sociales que los rodean. Efectivamente, son artesanos que representan con sus diferentes producciones su dimensión humana y su mirada estética e ideológica. Estas se convierten en signos culturales y referentes de la tradición regional, con las cuales sus autores le confieren sentido a su existencia.

Aguinaldo Garagoense Foto: Historia de Garagoa.




Aguinaldo Garagoense




Cultores en la elaboración de sus luminarias y casillas
Los lugares donde trabajan los artistas son espacios de creación y de producción de obras autóctonas; pero también, escenarios para afianzar los vínculos con la familia, el pariente cercano o lejano, el vecino, los amigos de la vereda, la cuadra o el barrio, el compañero de trabajo, o con los integrantes de la junta de acción comunal. Indudablemente, son laboratorios para socializar e interactuar, para imaginar y simbolizar con los materiales, colores, formas y volúmenes. También, es el sitio de composición de objetos, accesorios y piezas; y donde se arman, desde las miniaturas, las artesanías y las figuras, hasta las secciones de la réplica de la iglesia o la catedral, asimismo de cada una de las figuras y partes mayores de la luminaria mixta o tradicional. Articulados en conjunto, exponen y crean significados contextuales.
Los talleres artesanales son espacios de trabajo cooperativo, de elaboración de armaduras de madera, alambre, castilla, tubos PVC y metal. Se hacen figurillas en madera blanda, amero, fique, materiales reciclables, entre otros; se corta y pega el cartón, el papel, el plástico, el fomy y la lata; se pintan las figuras, secciones y partes. Allí, el artista establece relaciones de creación y adquiere compromiso con la artesanía y las festividades de los aguinaldos municipales como el de Garagoa, el cual está insertado en un ambiente carnavalesco de gran contenido cultural, simbólico, imaginario y espiritual.
Entonces, la actividad de los maestros de casillas y luminarias se gesta principalmente en la experiencia artística, los saberes, la vida misma, pero también de prácticas culturales y tradicionales que también tocan con las culturas del carnaval (Bajtín, 1995) y de las relaciones sociales.
Es preciso seguir la traza de estos artistas y artesanos del Valle de Tenza que dejan huella con sus obras y su vida. Creadores y creadoras que llevan muchos años dedicados a ese arte, en su memoria viven relatos de una tradición que se mantiene. Son sujetos rurales y urbanos con experiencias, saberes y laboriosidad: se desempeñan como pintores de pincel y brocha, carpinteros, talladores y escultores iniciáticos, realizadores de maquetas y contadores de historias.




Áreas de trabajo de cultores y artistas




Algunas representaciones de materiales más usados.


Luminaria Alegoría a la naturaleza del Valle de Tenza de Nubia Bohórquez.

















