Luminarias, luces y tradición
- Pedro Leónidas Cárdenas Fonseca
- 22 oct 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 nov 2021
Los campesinos de varias veredas de algunos municipios del Valle de Tenza cuentan que las luminarias “son encendidos que se hacen en las novenas de navidad, a las velas que se colocaban en una guadua, en un palo liviano porque era cargado al hombro o en la mano por dos niños, jóvenes o adultos”. Las velas “se fabricaban con mecha de piola, lana o hilo de lana y con sebo extraído del ganado o de los corderos, que se calentaba y se envolvía en las mechas”; luego, “se colocaban 6, 8, o 12 velas en el palo o en las casillas para alumbrar”. Algunas veces, “también se hacían velas de un árbol del cual se extraía una parafina”. En ocasiones se “adornaban con cintas, figuras con amero de maíz o se amarraban en las puntas una vejiga seca de ganado, la cual utilizaban después del rosario y los cantos de villancicos, para darse golpes y hacerla sonar”. Además, “se armaban en familia, con los vecinos y con la coordinación del comisario de la vereda, luego se llevaba al pueblo hasta la iglesia, para hacer después un desfile en el parque”.

Por extensión, las luminarias son también el conjunto de luces de las velas, velones o candeleros que se ponen en las bases de las puertas de las casas, en las ventanas, los balcones y delante de imágenes religiosas en las iglesias. Igualmente, al alumbrado que producen las velas hechas con sebo que cuando se terminaban, al grupo de gotas o “lagrimas” que caían y quedaban, los campesinos la llamaban espelma, tiempo después, veladora. Su utilización y presencia indica la celebración de un evento festivo tradicional en las veredas y municipios.

Las luminarias aparecen además en improvisados altares de las casas para alumbrar el santo de devoción, la imagen de algún apóstol, patrono, mártir o advocación de la Virgen María. En principio, estos altares están adornados con flores silvestres, cintas y velas incrustadas en botellas o sobre pedazos de losas, piedras lizas y tapas de tarros, en pedazos de tejas de barro, candelabros de arcilla, de caña brava o guadua. Los altares están sobre una mesa rústica, ubicados en la alcoba, los pasillos, las salas o en un espacio cerrado.
En definitiva, los campesinos valletenzanos originaron sus luminarias tradicionales con varas de madera regional, a la cual le implantaron luces con espelmas, velas y farolitos. Costumbre que se extendió y consolidó en elaboraciones pequeñas de casas o casillas artesanales, a las que se le incluyeron flores de clavellina.

